Ortopedia dental
La especialidad de ortopedia dental y facial tiene como tarea corregir o alterar las formaciones óseas en el rostro.
Por lo general, se recomienda para pacientes con irregularidades en la estructura de los huesos, con el propósito de conseguir una alineación adecuada de los dientes, una apariencia facial equilibrada y una mordida en armonía.
Por lo general, se recomienda durante la niñez o en la etapa adolescente. En otras palabras, se aconseja llevar a cabo este tipo de tratamiento antes de los 12 años, debido a que las características faciales aún se están desarrollando.
Para este propósito, se utilizan aparatos que pueden ser retirados o permanentes, dependiendo de las necesidades específicas de cada paciente.
¿Cómo preparase para la ortopedia dental?
La preparación por parte del paciente no es necesaria para un tratamiento de ortopedia dental, aunque es crucial mantener una buena higiene durante todo el tratamiento.
Dado que los aparatos empleados tienden a ser removibles, se espera una colaboración activa por parte del paciente, ya que en caso contrario, los tratamientos podrían prolongarse o no obtener los resultados anticipados.
¿Cómo cuidarse tras un tratamiento de ortopedia?
La extensión de un procedimiento de ortopedia dental varía conforme a sus objetivos, aunque en la mayoría de las situaciones suele durar entre 6 y 18 meses.
Al terminar el tratamiento, si se han empleado aparatos desmontables, es probable que se necesite un tratamiento adicional con ortodoncia fija.
¿Hay alternativas a la ortopedia dental?
Dado que el tratamiento de ortopedia se aplica en la infancia o adolescencia, si no ha sido así habrá que buscar una alternativa para pacientes adultos. Una alternativa es la ortodoncia, aunque en la mayoría de los casos la corrección de la estructura esqueletal se logra mediante la cirugía maxilofacial.
¿En qué consiste?
Dentro de la ortopedia dental y facial, se emplean variadas metodologías que se aplicarán en base a las circunstancias individuales de cada paciente. La implementación de este tratamiento puede involucrar tanto aparatos permanentes como removibles, y la decisión sobre cuál emplear se guía por la condición específica de cada individuo.
Además, es un procedimiento exento de dolor y prácticamente todos los pacientes se adaptan al tratamiento sin dificultad alguna.
